Buen y esplendoroso día. Así me saluda esta flor de glicina solitaria, hace días que floreció junto a mi ventana, se balancea para llamar mi atención y yo la miro y pienso ¡que maravilla! a pesar de lo árido que la rodea ella floreció y espera tranquila y confiada que pronto otras flores la acompañarán.
Cuanto tenemos para aprender de lo que nos rodea, aprender por ejemplo que no importan las apariencias, que más allá de lo doloroso o trágico que pueda parecer el acontecimiento o las circunstancias que nos rodean si fluímos si evitamos emitir juicios la vida se nos manifiesta mostrándonos que los acontecimientos son lo que son, que lo que hace la diferencia es nuestra actitud ante los acontecimientos, si los afrontamos con la mente y el corazón abiertos descubriremos que detrás de las apariencias hay un Regalo, que ese acontecimiento vino para transformarnos si así lo permitimos.
Gracias a la Vida por tanto. Gracias a los acontecimientos que me han permitido transformarme, uno de ellos el cáncer de mama, desde el primer momento supe que ese cáncer venía a darme las respuestas que buscaba, desde el primer momento supe que allí comenzaba un proceso de transformación, que me permitiría desplegarme, florecer como esta glicina, porque la vida no se detiene, la vida te transforma, si así se lo permites.